viernes, 15 de marzo de 2013

Preguntas en el aire

¿Debería considerarse la maternidad subrogada como un servicio? ¿O más bien como un acto solidario?
¿Debe enterderse como solidaria una práctica en la cual hay una gran remuneración económica hacia la mujer gestante que lo realiza bajo el título de "acto solidario"?


¿Se debe considerar esta práctica como un acto solidario aunque la causa principal del sometimiento a la maternidad subrogada sea una opción vital?

Si entendemos la maternidad como un servicio ¿se debe beneficiar de las ventajas que ello conlleva (cotización; estar asegurada; periodo de lactancia; baja por maternidad)?

Si se normalizase esta actividad ¿podríamos encontrarnos en una sociedad dividida en dos tipos de mujeres: unas destinadas a la procreación de la especie y otras destinadas al "empoderamiento"? 

¿Podría considerarse la práctica de la maternidad subrogada una nueva situación de  exclusión social?

¿La maternidad subrogada podría ser un nuevo fin de la trata de blancas?

¿Qué sucede con los bebés nacidos de esta práctica? ¿Tienen derecho a conocer sus verdaderos orígenes? Si los padres comitentes se niegan, una vez iniciado el proceso, a recibir al nacido ¿qué sucede con éstos? ¿la madre gestante puede negarse a seguir con el embarazo?

¿Tendría la maternidad subrodaga un valor comercial hacia el ser humano?

¿Qué tan diferente es alquilar un vientre a un cuerpo, como sucede en la prostitución?  ¿Porqué se debe permitir esta práctica y no la venta de organos?

Con esta nueva técnica reproductiva ¿cómo se muestra la imagen de la adopción? 

Y, ¿qué sucede con la dignidad humana? 



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